martes, 26 de mayo de 2015

Mi preciosa "bambú japones"


Mi mamá leyó hace poco este cuento zen:  El bambú japones



No hay que ser agricultor para saber que una buena cosecha requiere de buena semilla, buen abono y riego constante.
También es obvio que quien cultiva la tierra no se para impaciente frente a la semilla sembrada y grita con todas sus fuerzas: "¡Crece, maldita seas!"...
Hay algo muy curioso que sucede con el bambú japonés y que lo trasforma en no apto para impacientes: Siembras la semilla, la abonas, y te ocupas de regarla constantemente.
Durante los primeros meses no sucede nada apreciable. En realidad no pasa nada con la semilla durante los primeros siete años, a tal punto, que un cultivador inexperto estaría convencido de haber comprado semillas infértiles.
Sin embargo, durante el séptimo año, en un período de solo seis semanas la planta de bambú crece ¡más de 30 metros!
¿Tardó solo seis semanas crecer?.
No. La verdad es que se tomó siete años y seis semanas en desarrollarse.
Durante los primeros siete años de aparente inactividad, este bambú estaba generando un complejo sistema de raíces que le permitirían sostener el crecimiento que iba a tener después de siete años.
Sin embargo, en la vida cotidiana, muchas personas tratan de encontrar soluciones rápidas, triunfos apresurados sin entender que el éxito es simplemente resultado del crecimiento interno y que éste requiere tiempo. Quizás por la misma impaciencia, muchos de aquellos que aspiran a resultados en corto plazo, abandonan súbitamente justo cuando ya estaban a punto de conquistar la meta. 
Cuento Zen.

Al terminar de leerlo, enseguida supo que yo era como el bambú japonés, ojala lo hubiese sabido cuando todavía era más pequeñita, porque habría entendido mejor mi comportamiento.
Al igual que esta impresionante planta, sólo necesito abonarme con mucho amor y paciencia, la mínima química, la necesaria para protegerme de la epilepsia. Y mi madre está convencida, que al igual que el bambú, conseguiré más autonomía, aunque siga siendo un bambú, el más hermoso bambú japonés, para mi madre <3 <3.


martes, 19 de mayo de 2015

descubriendo mi cuerpo

FOTO TOMADA DE GOOGLE

Desde pequeñita, cuando me voy a dormir, le pido a mamá que me haga caricias en la espalda, ella
me hace cosquillas y me pone la piel de gallina.
Desde hace algún tiempo, le digo a mamá, "hazme caricias delante"
mi madre me explica, que al igual que yo me meto el dedo en la nariz, mi cuerpo me lo he de tocar yo,  y solamente yo.
Aunque mamá ha hablado sobre el tema de la sexualidad, con algunos profesionales, realmente, no saben cómo voy a reaccionar, yo, si voy a saber gestionar las sensaciones, es algo que tengo que descubrir, yo sola, pero últimamente, incluso vamos por la calle y a chicos que no conozco, digo cosas inapropiadas.
De siempre he sido muy desinhibida y en algún momento, descubriré qué partes de mi cuerpo me gustan y me relajan.
En ese aspecto, mi madre cree, que los chicos lo tienen más fácil, mi mamá es algo que no me fomenta, pero tampoco puede ignorarme, ni mucho menos regañarme, sólo me pide que yo sola descubra, cuando estoy a solas mi cuerpo.
Fuera tabúes, la masturbación forma parte de nuestra intimidad y bienestar.
Ojalá cuando lo descubra, no se añada un problema más, sino que contribuya a mi madurez física y mental.

sábado, 16 de mayo de 2015

Puedo estar tranquila :)



Mamá, conversó con la psicóloga del colegio, sobre lo que me cuesta mantener una actividad,o esas situaciones en las que no sabemos por qué, me domina la impulsividad y me avalanzo sobre un compañero :(
Al día siguiente, mi madre, fue a ver a mi psiquiatra, porque tenía visita, le comentó todos los hechos sucedidos en los últimos meses, la situación puntual que se dió con nuestro vecino, mis momentos de angustia, mi falta de motivación para hacer cosas :(  a ella, al igual que a mi madre, lo que más le preocupa son las crisis epilépticas.
Muchas veces me enroco,  en que no quiero ir al cole y mi madre, va hablando a través de distintos muñecos, y yo, que no! que no! hasta que uno, me saca una sonrisa y ya puedo moverme, pero mis tiempos son tan distintos, así que nunca llegamos a la hora al cole :(
ayer sábado estuvimos en lugar mágico que hemos encontrado en la playa, hay muuuchos gatos, un caballo precioso y un caballito pequeño.
Aquí estoy tranquila, mis movimientos son lentos para no asustar a los gatos, que ya se han hecho amigos mios, cuando mi mamá me vé así, siente esperanzas.