viernes, 25 de noviembre de 2011

Esperanzados...

Desde el lunes soy otra niña distinta, todavía no sabemos la explicación, pero lo cierto es que hay unos cambios tan impresionantes, que todos estamos esperanzados, en que todo sea para bien.
De momento estoy más tranquila, no parece que haya ausencias, pero no tengo interés por lo que antes me motivaba, ya no quiero ver la tele, ni escuchar música.
Pero ayer jueves volvió la risa, y espontáneamente jugué con mi perrita, yo hacía de conductora de autobus,
y si Naughty se escapaba yo me reía, pero no de forma tan apasionada como antes.
Aunque mi mamá estuvo muy angustiada, cuando dejé de hablar, y hacía cosas extrañas, como encender la luz, y picar en la puerta, levantar la persiana y bajarla.....
En el colegio no muestro interés por las tareas, pero estoy más tranquila con mis compañeros.Ayer sorprendí a la clase, comentandole a un compañero que no gritara, que me molestaba el ruido (cosa que la semana pasada, yo era la que molestaba a mis compañeros), y hoy Rosa Mª, mi profesora, ha comentado a mi mamá,que cuando estábamos en clase escuchando música, he dicho una frase "mueve el culo, Pepe", simpática y dentro de contexto.
Lo más negativo de este cambio, es que ha desaparecido por completo el apetito, todos saben que yo
disfrutaba comiendo, y después de este cambio no me apetece nada, pero vamos a ver como evoluciono.
Esta mañana, mamá ha ido a comprar el pan, para hacerme un bocadillo de atún, y ha ocurrido este diálogo entre nosotras,
Isabel, voy a comprar el pan para hacerte el bocadillo
y le he dicho: Mamá que te dejas el bolso
-no te preocupes que llevo el dinero en la mano
-Vale, pues cierra la puerta con llave, que no entre nadie.

Este diálogo, jamás lo habíamos tenido antes.

Estoy de observadora, pero no ausente, aunque ayer por la noche pedí dormir abrazada a mamá.
Hay niños-as, que como yo han cambiado con la adolescencia, pero mamá no ha encontrado referencias, todavía, de que después de una noche así, pueda haber habido un cambio tan radical.
Lo que más tranquiliza a todos, es que me ven bien,  y yo todavía estoy descubriendo esta sensación,
de no mover la cabeza, no tener que gritar, soy más dócil, bajo del coche a la primera....

Este cambio en mi, que no sabemos cómo evolucionará, abre una esperanza para mi, y para todos los niños
como yo.

En el colegío también están todos expectantes, y los profesionales con los que ha hablado mamá, tampoco dan crédito, a este cambio radical de la noche a la mañana.

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